Juan va al aeropuerto porque su padre está muy grave en Salta. De pronto atropella a un niño.
Juan conduce su auto rumbo al aeropuerto porque acaban de comunicarle que su padre, internado en un hospital en Salta, está muy grave y quiere verlo antes de morir. Juan debe tomar el único avión que lleva a Salta ese día. De pronto se cruza un niño en su camino y Juan lo atropella. Detiene su auto y advierte que el niño está herido; piensa que si no lo atienden rápidamente quizá se agrave; mira a su alrededor y advierte que nadie está pasando por allí. Pero sabe que si pierde el avión a Salta, no llegará a tiempo para ver a su padre. Este caso constituye un dilema, esto es, una situación en la que hay varias opciones para la acción y no resulta claro para los protagonistas cuál deben elegir. Además, es un dilema moral, porque lo que haga Juan podrá ser considerado bueno o malo tanto por él mismo como por otras personas.
El dilema:
👉 Preguntas para reflexionar:
💡 Idea clave: Los dilemas morales son situaciones donde ninguna opción es claramente buena o mala, y nos obligan a pensar qué valores priorizamos.
Supongamos que un grupo de andinistas está escalando una montaña cuando se produce un alud, y una piedra golpea a uno de los andinistas, matándolo.
¿Diremos que la piedra asesinó al andinista? No, ni juzgaremos "mala" a la piedra; hablaremos de un accidente. En cambio, si dos miembros del grupo entablan una pelea, y uno de ellos golpea al otro con tal fuerza que lo mata, ¿qué juicio nos merece el asesinato de un ser humano? Advertimos una diferencia fundamental entre la piedra y el andinista. Ambos provocaron la muerte de un ser humano, pero la piedra cayó por efecto de un fenómeno natural que la causó (el alud), y se desplazó en cierta dirección y con cierta velocidad en función de leyes físicas a las que la piedra no podría resistirse; en cambio el ser humano eligió participar de la pelea, y golpear a su compañero con cierto grado de fuerza.
Los actos humanos suponen intenciones subjetivas, y dependen de nuestras elecciones, mientras que los fenómenos naturales dependen de sus causas de una manera invariable. Es decir que los seres humanos somos libres, mientras que los otros seres vivos y los objetos inanimados están determinados, sujetos a leyes naturales.
Sólo de los seres libres se puede decir que actúan bien o mal, porque son los únicos que conocen las consecuencias posibles de sus actos, que eligen realizarlos (o no realizarlos), y que, por ello mismo, son responsables de lo que hacen. Esto no significa que todas las conductas humanas sean intencionales. Si uno de los andinistas se desmayara, y al caer golpeara a un compañero, lesionándolo, esta conducta no sería intencional, y por eso mismo el daño inferido podría considerarse un accidente, tal como la caída de la piedra.
Por eso sólo los seres humanos son responsables de sus actos.
La ética no es solo teoría: es decidir cómo vivir y convivir.
El ser humano es libre y responsable: